Sembrar, renacer, compartir en el vivero de La Siguata

Sarita Hernández, de la comunidad Guadalupe Carney en Trujillo, comenta que para ella la juanilama es una planta buena para sembrarla en el patio, que acompañada con la planta -mal llamada- lengua de suegra hacen un buen trabajo de protección y limpieza energética a través de baños. «A mí me decían que sembrara lengua de suegra, juanilama y la ruda, que son buenas juntas», nos cuenta mientras siembra en el vivero de La Siguata.

Para Dariel Jiménez, consultor e ingeniero ambiental, en cambio, la guajilama, como se le conoce en su comunidad Plaplaya en La Moskitia, sirve para aliviar la fiebre. «En el pueblo Garífuna se hace un té de guajilama, que permite sudar la fiebre, aliviar el dolor de cabeza y es un buen oxigenante cerebral», comparte. Así comienza la jornada de siembra en La Siguata; con un intercambio de conocimientos, energías y plantas medicinales. 

Desde su instalación, hemos definido a La Siguata como una casa de autocuidado, cuidado colectivo y sanación donde nos hemos propuesto “Aura Buni, Amürü Nuni” es decir; yo para ti, tú para mí. Donde nos acompañamos y sanamos juntas de los dolores que provocan las luchas. Y durante esos procesos de sanación hemos utilizado las tinturas, las aguas florales, las cremas, la herbolaria en general para los dolores del cuerpo y malestares que impactan a las defensoras que vienen desde diferentes territorios del país.

Es ahí donde nace la idea de tener nuestro propio vivero medicinal, sin embargo, no sólo se origina con la intención de contar con las plantas en la casa para los talleres y uso medicinal, sino también como un proyecto que revive la cultura del trueque, el intercambio de conocimientos y reconocer la ancestralidad en los procesos agrícolas y técnicas de cultivo que hacen las compañeras indígenas y campesinas en sus territorios y que además han utilizado para sanarse desde hace muchos años. 

«La intención es que las compañeras vengan a sus procesos de Estancia, traigan plantas de sus territorios que han sido significativas para un momento importante de su vida, que puedan sembrarlas, tocar la tierra; implica simbólicamente que siembran las energías de ellas para recibir a las otras compañeras que vienen con muchos dolores y situaciones de salud crítica, adoloridas, tristes, angustiadas, cansadas, hartas y las que ya estuvieron aquí y sembraron sus plantas sus energías también les ayuda a sanar a las nuevas compañeras que vienen», explica Lilian Girón, coordinadora de La Siguata, la casa de la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos (RNDDH).

Esta idea de un vivero medicinal nace desde hace dos años y se empezó a trabajar en el proyecto hace ocho meses y se continúa, puesto que es un proceso de mediano y largo plazo. En esta jornada de siembra trabajaron compañeras defensoras que forman parte de la Asamblea, del Grupo Impulsor y equipo operativo de la Red de Defensoras que aportaron sus energías, conocimientos y espiritualidad para comenzar este proyecto que es y lo hemos construido para todas. 

 Sin embargo, antes de tener un espacio como el vivero ya se estaba trabajando en procesos de cultivo en La Siguata. Actualmente contamos con 30 especies de plantas identificadas, entre ellas la epacina, zacate de limón, sábila, eucalipto, albahaca criolla y dulce, perejil, tomillo, salvia, mirra, menta, hierbabuena, etc., todas utilizadas para hacer tés, sahumerios, baños y procesos curativos para las compañeras que vienen a las Estancias. 

Además, se hacen pruebas para el cultivo de algunas hortalizas, tubérculos, tomates, rábanos, remolachas, repollo, en pequeña escala y que aportan para los procesos de alimentación saludables y de desintoxicación para las compañeras defensoras. Estos procesos también tienen un sentido de sostenibilidad y autonomía en La Siguata. 

¿Por qué construir un vivero en La Siguata?

«La Siguata es uno de los corazones de la Red de Defensoras, tenemos varios corazones que bombean fuerza, energía, ánimo y luz para nuestros caminos que a veces se opacan y La Siguata es uno de estos corazones, el más importante somos nosotras las Defensoras. Esta es una casa donde las mujeres pueden descansar, pensarse, compartir los duelos, compartir la desgracia que provoca este sistema en contra de ellas, de sus cuerpos, de sus familias y comunidades. Pero también donde renacen juntas y más simbólico, más concreto y más bello que un vivero; un lugar donde renacer, es central. La Siguata simboliza también esto: renacer», dice Melissa Cardoza, feminista autónoma, parte del Equipo y miembra de la Asamblea de la RNDDH y la Asamblea de Mujeres Luchadoras de Honduras, durante su trabajo en la jornada de siembra en el vivero.

Por su parte, para Juana Esquivel de la Asamblea de la RNDDH y del Comité Municipal en Defensa de los Bienes Comunes y Públicos, construir un vivero en La Siguata tiene diferentes razones: «para que su utilidad nos sirva a las compañeras, reconocer la ancestralidad de las plantas y reconocer que además de que tenemos la medicina en la naturaleza, también poder intercambiar con las compañeras, que ellas puedan traer desde sus territorios diferentes plantas medicinales que nos sirvan a otras, pero que también puedan llevar a sus territorios plantas que hemos cultivado con nuestras manos aquí». 

Es en ese sentido que reconocemos que el vivero revive y recupera la cultura del trueque y el intercambio de conocimientos. Porque, desde sus inicios, se ha hecho un trabajo colectivo para darle vida a La Siguata y además de los procesos terapéuticos y políticos de sanación convencionales, también hay una apuesta política por la recuperación de esas otras formas de sanación ancestrales como la herbolaria, medicinas o antídotos curativos y sanadores que ayudan a las defensoras a sobrellevar la cotidianidad desde hace muchos años y que son un punto central de nuestra política de Protección Integral Feminista.

Durante su tránsito por La Siguata, las compañeras defensoras que conforman la Red llevan y traen sus plantas, nos cuentan y comparten qué hacen, cómo las siembran, cuáles son sus formas de cuidar la Tierra, de coexistir con las plantas, con los animales, conocimientos que han aprendido de sus ancestras y de sus propias experiencias trabajando en sus territorios y estos aportes los integramos en el cuidado del vivero.

«La tierra necesita cariño, platicar con ellas, hablar con ellas, acercarnos a las plantas. Cuando una planta se siente sola y uno solo la riega por un compromiso; eso lo hemos dicho, que eso de regarla por un compromiso no, a las plantas se le dedica un tiempito, estar con ellas por lo menos media hora para que ellas también se sientan, porque las plantas son seres vivos, lo que pasa es que no hablan. Como a nosotras, Dios, nos dejó esa parte de hablar con ellas, es de platicar con las plantas, acercarnos a ellas, no dejarlas. Si las sembramos volverlas a ver y volverlas a tener cerca de una y no descuidarlas», comenta Adalinda Gutiérrez, originaria de Marcala, La Paz, miembra del Grupo Impulsor y parte de la Asamblea de la Red Nacional de Defensoras, quien estuvo trabajando durante dos días en la jornada de siembra en el vivero.

El vivero como homenaje a las defensoras de la tierra y el territorio

Según nuestro Informe de Derechos Humanos del año 2021- Enero a Junio 2022, identificamos que la mayor cantidad de agresiones se concentró contra las defensoras que defienden tierra y territorio, representado en un 38%. Esta tendencia creció en el último año, representando un 70% de agresiones recibidas por mujeres defensoras que ocupan espacios que desde hace siglos son suyos y defienden los bienes comunes, que son codiciados por las empresas, las compañías, las mineras, las represas, etc.

«Desde el 2016 que asesinaron a nuestra compañera Berta Cáceres, han asesinado 27 defensoras y la mayoría de ellas son mujeres trans y en segundo lugar son defensoras de tierra y territorio. Es decir, a estas luchadoras cuando no las pueden detener las matan y aquí, de alguna manera, las sembramos», comenta Melissa Cardoza. De ahí que se considere al vivero también como un homenaje para las defensoras de la tierra y territorio; reconocer que ellas son parte y tienen un papel fundamental en nuestra misión y proyecto político, compartir con ellas y trabajar este territorio en La Siguata.

Es por ello que valoramos que Sarita, como le llamamos de cariño, y Adalinda, ambas defensoras de la tierra y mujeres campesinas que han luchado toda su vida por los derechos colectivos, puedan venir y mostrarnos cómo es su camino, cómo son sus procesos de cultivo y esa conexión especial que tienen ellas con la madre tierra y nos puedan transmitir sus conocimientos ancestrales. Asimismo, aprendemos y desaprendemos con otras compañeras defensoras que debido a ese 70% de agresiones han desarrollado situaciones críticas de salud que afectan sus cuerpos y mentes y que han logrado aliviar y salvarse a través de la herbolaria, también como una forma de anteponerse a la industria farmacéutica. 

«No hay otra medicina y no hay otra alternativa como las plantas medicinales. Yo me he sentido bien segura cuando me estoy tomando algo natural, no así como cuando tomo químico que me siento insegura, saber que si yo me tomo una pastilla o me tomo un medicamento me va a sanar pero me va a provocar otra enfermedad y sabemos que las plantas medicinales tampoco nos van a provocar otra enfermedad, nos van a sanar, que lleva un proceso la medicina natural, un largo tiempo para sanar, pero lo sana definitivamente», dice Adalinda sobre sus procesos de autocuidado utilizando la herbolaria.

 «Esto es lo que a mí me encanta, la tierra. No habrá cosa más grande que a mí me encante que es esto de estar en la tierra trabajando y gracias a Dios, a la Red Nacional de Defensoras que la conocí a tiempo, he logrado sobrevivir de tantas amenazas, de tantos atentados y muertes en mi familia. He logrado salir de eso y no quedarme como víctima sino que seguir adelante y yo por eso le agradezco muchísimo a la Red Nacional de Defensoras y por eso será nuestro empeño y nuestro trabajo seguir adelante porque como defensores y defensoras de mujeres, tierras y territorios del bosque, del ambiente y del agua, de nuestros medios de vida, no hay nadie que se acerque a una, al contrario una es enemiga de otros, pero yo me siento bien fortalecida en este espacio», comentó Adalinda sobre su trabajo en jornada de siembra en el vivero.

 Un vivero sostenible y amigable con el ambiente

 Dariel Jiménez, ha hecho acompañamiento en nuestro espacio terapéutico “Sembrando nuestras energías” donde las compañeras defensoras usan como instrumento una planta como símbolo de sembrar sus energías y esperanzas en la tierra y en su vida cotidiana y de lucha que llevan en los territorios. Además, ha compartido sus técnicas ancestrales de cultivo que, en palabras de él, no adquirió de la academia sino de sus raíces Garífunas, de la conexión y trabajo que se ha desarrollado con la comunidad campesina en el campo y de su organización base que le permitió desarrollarse como profesional que es la Organización Fraternal Negra Hondureña (OFRANEH).

 Dariel, fue el encargado de instalar la estructura y los procesos técnicos en el vivero de La Siguata, que está pensado como un vivero amigable con el medio ambiente y de agricultura responsable en un 80-90%. Para ello, el sustrato del suelo es a base de materiales orgánicos preparados por las mismas compañeras con el acompañamiento de Dariel, se utilizan, en su mayoría, abonos orgánicos, semifermentados o tipo bokashi (abono orgánico originado en Japón), composta de hojas o material orgánico para rescatar o activar la biología en el mismo suelo.

Sin embargo, utilizar medidas amigables con el medio ambiente resultan en un desafío para mantener saludable al vivero. Debido al monocultivo de maíz, frijoles o granos básicos que hay en la zona, existen plagas y enfermedades que se han adaptado a todo tipo de químicos y que resultan difíciles de eliminar con procesos orgánicos y tardan más en eliminarse, pero que al final, aunque tarden son efectivos.

«Por eso surge la necesidad del vivero también, porque en un vivero como este el clima es controlado, la humedad y el clima es controlado. Si uno como ser humano en un tiempo determinado no aguanta la temperatura que aquí se sostiene dentro del invernadero no digamos las plagas y esa es una ventaja del espacio. Además, es eficiente en cuanto al manejo del riego, regamos menos, la humedad se sostiene más, tenemos una temperatura más controlada; a más calor menos presencia de plagas y enfermedades, a más humedad menos necesidad de riego», explica Dariel sobre las ventajas de tener un vivero en La Siguata.

Cabe destacar que, aunque hay todo un conocimiento técnico detrás del vivero, esto se complementa con los conocimientos que las compañeras campesinas e indígenas que han adquirido desde la experiencia y de sus ancestralidades. «Lo que yo he aprendido de ellas es mucho, en cuanto a las costumbres ancestrales, las técnicas de los pueblos que han sostenido a esta y muchas generaciones con estas técnicas y costumbres de cultivar la tierra bajo esa armonía y equilibrio con la madre naturaleza. Eso me fortalece como hijo de una comunidad Garífuna, una de las comunidades afro indígenas de este país. Esa conexión y ese intercambio de conocimientos de distintas culturas y costumbres nos fortalecen un montón a nosotros», comenta Dariel sobre su trabajo en la jornada en conjunto con compañeras defensoras.

Estamos felices de materializar este sueño de tener un vivero en La Siguata; sueño que  hemos construido y logrado juntas. La invitación está abierta para todas las mujeres Defensoras de la Red que forman parte de la Asamblea, del Grupo Impulsor y de la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras para que se unan a este proyecto poderoso e inspirador, que traigan sus plantas, que lleven para sus territorios y que nos compartan sus conocimientos y técnicas de cultivos. Construyamos, compartamos y expandamos juntas este vivero donde se siembran vidas.   

8M: CAMINAMOS JUNTAS

El 8 de marzo salimos a las calles de Tegucigalpa, movimiento de mujeres, feministas y disidencias sexuales para luchar en el Día Internacional de la Mujer, un día que no celebramos, sino que plantamos nuestras palabras y propuestas emancipadoras y exigimos nuestros derechos.

En una movilización desde la plaza Cuba hasta la Corte Suprema de Justicia en Tegucigalpa, interpelamos al Estado y sus instituciones porque es difícil ser mujer en Honduras. Hasta febrero de este año han asesinado a 40 mujeres y cada 21 horas con 55 minutos se reporta un femicidio en el país, según el observatorio del Centro de Derechos de Mujeres y el Observatorio Nacional de la Violencia, respectivamente.

Nos manifestamos en contra de la impunidad, y exigimos se castigue a los feminicidas. Nos indigna que se libere al asesino de Keyla Martínez y exigimos que se judicialicen a todos los responsables de su asesinato que gozan de la inmunidad jurídica que existe en este país para los que matan mujeres, especialmente si son policías y por eso gritamos en las calles: ¡La policía no me cuida, me cuidan mis amigas! La Red Nacional de Defensoras hemos identificado que el 43% de las agresiones han estado en manos de la policía y autoridades públicas, es decir el Estado.

No podemos dejar de mencionar, como lo hacen las compañeras del COPINH, que faltan los Atala, investigar su participación en el asesinato de nuestra compañera Berta Cáceres.  Desde su crimen en 2016 hasta 2023 han asesinado a 27 defensoras de derechos humanos en el país, según nuestros registros y documentación. Y reafirmamos en las calles que Berta no se murió, Berta se hizo millones, Berta soy yo, todas las que seguimos su legado.

Hoy más que nunca reiteramos que todos los días las mujeres, por el hecho de serlo, nos enfrentamos a un sistema que nos asesina, nos violenta y decide por encima de nuestros cuerpos. Aquí estamos las que luchamos para decirle a otras mujeres, al pueblo hondureño que son altas nuestras voces, poderosos nuestros sentimientos y larga la memoria colectiva por lo que caminaremos una y otra vez junto a otras por nuestro derecho a vivir y vivir bien.

Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras, 8 de marzo de 2024.

Conversatorio con Raúl Zibechi, Movimientos sociales ante la avanzada autoritaria en Abya Yala, procesos y proyectos de mundos posibles

El escritor y activista uruguayo, Raúl Zibechi, estuvo con nosotras el domingo 10 de marzo en un conversatorio que se llevó a cabo en el Campamento Feminista Viva Berta en Tegucigalpa. Junto a un grupo de compañeras de La Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras provenientes de distintos territorios, y otras personas que se sintieron convocadas, comenzamos la jornada convocando las energías de nuestra compañera Berta Cáceres, ofrendando flores y encendiendo velas para honrar su memoria en el altar instalado en el Campamento.

Posteriormente, en este espacio simbólico de la justicia popular y feminista, platicamos sobre: Movimientos sociales ante la avanzada autoritaria en Abya Yala, procesos y proyectos de mundos posibles. Abya Yala es un término que las organizaciones de los pueblos indígenas han adoptado para referirse al continente americano.

Las compañeras comenzaron aportando sus dudas, inquietudes y proponiendo temas que querían escuchar de Raúl Zibechi, quien ha reflexionado profundamente sobre movimientos sociales latinoamericanos y publicado varios libros sobre la región. Nuestra coordinadora y parte de la Organización Fraternal Negra Hondureña (OFRANEH), Yessica Trinidad, propuso una conversación dirigida a debatir sobre el desánimo, la desmovilización y la limitación de los movimientos sociales por la influencia de los partidos políticos que hay en los últimos tiempos.

En esto coincidieron diversas compañeras quiénes manifestaron su preocupación por el desinterés dentro de los mismos movimientos sociales, la decepción de un Gobierno que prometió legislar en favor del pueblo y no lo ha cumplido, y el enrolamiento de personas con pensamiento crítico que lucharon en las calles para recuperar la democracia en el país durante el Golpe de Estado, hoy convertidos en funcionarios y funcionarias.

«Lo que cuentan no solo pasa en Honduras, pasa en toda Latinoamérica», responde Zibechi a las inquietudes de las compañeras. Hay que distinguir entre movilización y colectivos organizados, cuando hay una “llamarada” o se organizan muchas personas en una movilización inevitablemente se reducirá por distintas razones: «la gente se cansa, no podés estar todo el día en la calle, no se ven horizontes o posibilidades de cambios porque el poder es muy fuerte y logra desmoralizar a la gente. Hay partidos políticos que ofrecen un cambio en el poder y ahí entran muchas cosas: conveniencias personales, cargos públicos, viajes, beneficios económicos, hoteles lujosos, la gente se entusiasma con esas cosas y el dinero que reciben y eso es un poder del capitalismo», explica.   

De acuerdo a sus palabras, el capitalismo además de influenciar a las personas a consumir cada vez más, también las ha acostumbrado a obtener soluciones rápidas y sin sacrificio alguno y solo los pueblos que han mantenido sus tradiciones, cultura y espiritualidad podrán resistir a las tentaciones del capitalismo. «En toda América Latina hoy quienes están resistiendo a este modelo de muerte son los pueblos indígenas y pueblos negros y a veces son pocas familias», apuntó.

Los movimientos sociales ante tres planos: la inestabilidad global, los gobiernos progresistas y el propio plano

Acerca del desánimo o el “bajón” que hay en los movimientos sociales, Zibechi destacó que hay cosas buenas dentro de ello: las personas que realmente están son las que siguen, las que se necesitan y trabajan en las luchas. Sin embargo, es necesario trabajar sobre nosotras y nosotros mismos, colectiva e individualmente para ser mejores, más críticas y más comprometidas ya que la inestabilidad global apunta a que ningún gobierno ─ni de derecha, ni de izquierda─ en América Latina sea estable y esto se debe a la pelea de poder entre Estados Unidos y China, donde el primero está en crisis y el segundo está tomando fuerza.

En segundo plano, hay un debate dentro de los mismos movimientos sociales sobre cómo nos paramos frente a las ayudas que se reciben del Gobierno; recibirlas no constituye subordinación porque, en realidad, es lo que nos corresponde. «El problema no son los bonos (ayudas), el problema es cuando la gente decide que es el mejor gobierno y ya no protesta», argumenta Zibechi.

En el tercer plano, los movimientos tienen dos dinámicas: resistir, poner un límite al sistema y crear algo nuevo, lo que el sistema no nos da: salud, educación, alimentos, vivienda. De acuerdo a Zibechi, las organizaciones deben crear desde sus espacios y territorios lo que el sistema no les da. «Tenemos que resolverlo, porque el sistema no lo va a resolver, aunque esté la mejor persona en el gobierno, ya no hay capacidad del sistema para resolverlo», dice.

¿Cómo podemos construir poder popular los movimientos sociales?

Es necesario que los movimientos sociales y las organizaciones podamos construir nuestras formas de poder y nuestras formas de autodefensa, particularmente las mujeres que somos fuertemente atacadas por un sistema patriarcal, machista, violento y racista. Es por ello que hay que aprender a defendernos en colectividad y tener grupos de autodefensa en muchos sentidos y formas.

Esto también va de la mano con tener un sistema propio para resolver los conflictos dentro de los colectivos, una justicia propia que nos permita solucionar los malentendidos, los desacuerdos, determinar las faltas de las compañeras y compañeros y cómo abordarlas o erradicarlas. Asimismo, es importante la formación de los movimientos sociales, entender lo qué pasa, los contextos, por qué pasan, discutir y formarse en temas políticos, sociales, económicos y culturales.  

La conversación continuó con un amplio debate y discusión de distintos temas que las compañeras iban retroalimentando durante la jornada y que podría durar horas por la gran cantidad de ámbitos y problemáticas que constituyen los movimientos sociales.  Karla Lara, cantautora y defensora de derechos humanos, expresó que era importante construir dentro de los movimientos sociales pero que había una expectativa en el “gobierno refundacional” luego de 12 años de lucha, de movilizaciones, de muertes en un Estado totalmente represivo con los movimientos sociales. Asimismo, nuestra compañera, Melissa Cardoza, sobre la construcción y formación dentro de los movimientos sociales argumentó que las organizaciones desde hace mucho tiempo son capaces de sostenerse, de construir aquello que el sistema nunca les ha dado o solucionado, por ejemplo, enfrentar la violencia contra las mujeres, sostener la educación y la salud comunitaria, por lo que sí es necesario hacer reclamos al gobierno. Por su parte, la periodista Sandra Maribel Sánchez expresó su preocupación por la injerencia de la cooperación internacional en las agendas de las organizaciones del país.

La conversación continuó problematizando estos temas y se expresó la necesidad de hacerlo en los movimientos sociales, colectivos, organizaciones. En nuestras redes sociales hemos transmitido en vivo y grabado este conversatorio, por lo que les invitamos a seguir este debate y agradecemos a quienes nos acompañan en estos procesos de aprendizaje y discusión.   

Tegucigalpa, 10 de marzo de 2024.

REBELDES Y PERSISTENTES, Informe realidad de las Defensoras en Honduras 2023

El 7 de marzo de 2024 presentamos el informe de la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras 2023, publicación que da cuenta de las agresiones a defensoras, sus características, quiénes las ejecutan y en qué contexto. Con la presencia de un número nutrido de Defensoras de diversas zonas del país un equipo de presentación del Informe compartió datos, reflexiones, vivencias y expresiones de fuerza colectiva.

La presentación inició con un acto de memoria por las 46 mujeres asesinadas en la cárcel de Támara, y el crimen contra Keyla Martínez, ocurrido en una celda policial de La Esperanza, ambos actos responsabilidad directa del Estado de Honduras. Se nombró igualmente a las 3 Defensoras que en el 2023 fueron asesinadas: Juana Martínez, Soraya Álvarez y Mónica Alondra Santos y se les rindió un homenaje.

El informe dice que en el año 2023 se registró 2687 agresiones que frente al 2022 significó un 125% de incremento, situación que alerta a quienes luchan en este país, por las múltiples causas que incluyen la defensa de la tierra, del cuerpo, de los bienes comunes, de los medios para vivir, expresar y amar en libertad.

Los elementos que han detonado este pico de agresiones tienen que ver con políticas lesivas a los derechos humanos: la remilitarización de la sociedad mediante las políticas de seguridad que se centran en el estado de excepción; y los desalojos legalizados por el gobierno realizados contra campesinas y pueblos originarios por defender el territorio donde viven, crecen y producen.

El 76% de las agresiones son contra las que luchan por la tierra y el territorio y en su mayoría son mujeres garífunas, indígenas y campesinas, ellas también guardan los ríos, bosques y ancestralidades. Otros porcentajes menores nos hablan de Defensoras de la educación reprimidas por la policía en las universidades públicas, y otras agredidas por su labor de comunicación y sus críticas a políticas del gobierno, igualmente se agrede a la comunidad LGTBIQ+ al grado que dos de las defensoras asesinadas pertenecen a la comunidad trans.

Acciones ante la Justicia 

Ante la Corte Suprema de Justicia se presentaron el día de hoy, lunes 14 de agosto, dos conferencias de prensa para denunciar la continuidad en el despojo, criminalización, judicialización y persecución de personas que defienden la vida luchando por la tierra en este país, cuyas políticas públicas se las niega sistemáticamente. 

La mesa de Tierra y Territorio de la Coalición contra la Impunidad acompañó a personas miembras de la mesa de acompañamiento a la Causa de Zacate Grande, quienes el martes 15 de agosto se harán presentes en una audiencia para solicitar se asegure la justicia a los defensores Abel Antonio Pérez y Santos Hernández Ortiz quienes se encuentran en prisión. La solicitud que presentarán las abogadas de la Red de Abogadas de Derechos Humanos es que el decreto de amnistía conocido como Decreto 04-2022 restituya la libertad de los compañeros presos y su derecho a la tierra. 

Es conocido que la península de Zacate Grande ha estado en disputa desigual de sus pobladoras y pobladores ante los dueños de inmensas tierras y bienes de la zona que usan su poder para expulsar y perseguir a quienes han residido por años en esa parte del sur de Honduras. Esperamos que el día de mañana se haga justicia y los compañeros sean puestos en libertad. 

Igualmente, ante este la prensa nacional se presentó un nutrido grupo de compañeras y compañeros lencas productores de maíz y café, de la comunidad de Río Bonito, en Taulabé, Comayagua, para presentar un recurso de amparo ante la Corte por el desalojo ilegal y violento que han estado viviendo sus pobladoras y pobladores desde el año 2012. Las compañeras María Ninfa, 70 años, nos relató cómo llegaron policías acompañando a Marcio Salgado, quien pistola al cinto les ha amenazado y finalmente les despojó de la tierra en cuestión en dos horas con el apoyo del juzgado de la zona. La señora fue detenida por once días en la cárcel de Marcala, y cuenta que el terrateniente mencionado les prohibía vender su café a cualquiera que no fuera su empresa Inversiones Cafetaleras S.A. Además de la señora Ninfa, detuvieron a dos mujeres más, una de ellas con una fractura en la pierna. Doña Ninfa cuenta que los policías les decían que ellas eran unas roba tierras. 

En este momento, toda la comunidad se encuentra fuera del territorio, viviendo en cualquier parte, sin trabajo y con los niños y niñas sin acceso a la escuela. El Bufete Justicia para los Pueblos está siguiendo el proceso judicial que por supuesto está plagado de ilegalidad, de agresión y racismo. 

La Red Nacional de Defensoras nos sumamos a la indignación y a la lucha para que ambos casos se resuelvan a favor de las defensoras y defensores y sus comunidades;  y nos sentimos preocupadas por la manera en que estos casos se van multiplicando en el país  bajo un gobierno de corte, supuestamente, popular. 

Reinventar las luchas, dialogarnos las vidas 

En el foro de este día 8 de agosto del 2023, convocado por JASS a propósito de establecer diálogos entre mujeres de los procesos de educación feminista que la organización ha desarrollado, y otras invitadas, se arremolinaron a pensar y sentir juntas un nutrido número de activistas de territorios diversos, en el ahora privatizado territorio de la UNAH.

El despliegue de conocimientos, reflexiones, sentimientos y pistas para darle continuidad a los caminos fue deslumbrante. Como dijo la moderadora de la primera mesa, Zoila Madrid, aquí vemos la capacidad de las mujeres de reimaginar y reinventar los procesos porque es de los movimientos que tales propuestas deben salir,  teniendo la claridad de que la vida siempre estará en el centro. 

Creer y crear expresó Lilian Borjas,  actual coordinadora de la CNTC, verbos poderosos experimentados por una mujer que ha luchado por la tierra desde los quince años, y que ahora entiende que el poder de las mujeres es lo que la ha mantenido firme aunque tenga obstáculos de todo tipo para ejercer  su liderazgo en organizaciones que hemos llamado mixtas, pero que Zoila precisamente nombró como patriarcales por que en ellas se ha invisibilizado a las mujeres de manera sistemática. 

Juana Zúniga abundó en la expresión de la violencia que se manifiesta de tantas formas cuando las mujeres se suman a las luchas por liberar los ríos, las montañas, los territorios; y denunció, desde su experiencia y análisis, la manera en que los liderazgos patriarcales intentan por todos los medios que las mujeres no tomen el sitio de las decisiones aunque sí el de las que ponen el cuerpo en las acciones; el abuso del poder y la masculinidad violenta para someterlas hace daño no sólo a las activistas sino a los movimientos, pero es constante como ella lo señaló. 

La Red Nacional de Defensoras planteó información extraída de la base de datos que visibilizan el nivel de riesgo y las características del mismo en las defensoras así como la manera particular en que se expresan las agresiones vinculadas al género y la racialidad, igualmente quiénes son los enemigos de las mujeres, que en síntesis son mayoritariamente agentes del estado, desconocidos, y hombres del movimiento social. Según los datos, la costa norte es en el último semestre el territorio donde más se registran incidentes contra las que defienden derechos; y las defensoras de territorio y bienes comunes las más agredidas. 

El panel hizo conclusiones importantes sobre lo que significa enfrentar un modelo patriarcal y depredador de bienes comunes y de vidas. El público, todas compañeras, abundó en análisis, las voces profundas de las mujeres hicieron aún más énfasis en la situación actual del país, el desencanto ante un gobierno conducido por una mujer, y aún así, la importancia histórica de que esta persona esté en el ejecutivo. Las palabras también abordaron anhelos como la necesidad de cuidar la vida propia de las luchadoras tanto como las luchas; la necesidad de escuchar el cuerpo territorio; la fuerza de la colectividad de las mujeres para enfrentarse a todos los adversarios de la vida digna; la certeza de que se puede transformar radicalmente la realidad. 

En el segundo panel en el que se propuso debatir sobre las narrativas, se partió de la escucha de los poderosos conocimientos y propuestas de la OFRANEH, en voz de Eydi Blanco, que narró la problemática de su comunidad, de su familia y la propuesta de la organización y sus ancestralidades para, no sólo continuar recuperando los territorios sino haciendo posible la vida cotidiana en un proceso histórico y colectivo. Por su parte Selvin, del COPINH, hizo una historia de la organización, los discursos que desde el poder se han hecho en contra de ellas y ellos y la manera en que han hecho no sólo resistencia, sino construido sus sueños. Relató hitos históricos muy importantes que dignificaron la existencia de los pueblos indígenas y celebró que en esos caminos han estado junto a la OFRANEH haciendo procesos emancipatorios, y también disputando el poder al Estado. 

Daysi Flores, quien moderaba el panel mencionó la fuerza que ha existido de las mujeres y organizaciones para construir narrativas de justicia, aunque como ella dijo ni siquiera se les llame así; apuntó la importancia de la esperanza y sus múltiples posibilidades en los territorios, pensamientos y sentires. Finalmente, Mercy Ayala, de Radio Progreso, hizo una exposición partiendo de los datos interesantes de la encuesta de opinión del ERIC y su relación con la realidad del país, el discurso colonial hegemónico y las apuestas narrativas y transformadoras de los movimientos sociales que siempre encuentran rutas para todas y todos.

El foro duró lo que la necesidad de intercambio de palabras y sentimientos así lo definió, el encuentro entre activistas de tantos departamentos y luchas fue gratificante y como dijo Sofía de APOMUH, las presentes aquí son seres de luz, y eso irradian. Así, con la luz de Iris Matute, recién fallecida y miembra de este proceso, también hicimos la alquimia  de estar presentes con la palabra, la reflexión y el sentimiento para transformar la realidad violenta en alegrías, agua limpia y tierra libre para todas, todos, todes.

Las mujeres lencas de El Cacao

En coherencia con las declaraciones de la presidenta los desalojos se están efectuando, pero están lejanos de ser pacíficos y respetuosos de los derechos humanos. Un grupo de la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras fuimos a enterarnos directamente de la situación.

Doña Marta tiene los ojos enrojecidos, pasó la noche sin dormir, bajo la lluvia, llora por las perdidas de todas sus cosas en la vida que vivió hasta el día 19 de junio que 300 policías y maquinaria pesada los hecharon de su territorio. Además un policia que la agredió le roció gas pimienta en la cara, ahí llora de nuevo no tanto por el gas sino por la humillación y violencia a la que la sometieron. Con ella otras mujeres lucen agotadas, incrédulas por este desalojo que encuentran ilegal y sobre todo ilegítimo y encima dicen: Y una mujer presidenta nos vino a hacer esta barbaridad.

No se han movido del lugar, la orilla de la CA-5, la carretera mas importante del país. Desde donde están resistiendo hasta que su situacion sea resuelta con justicia, pueden observar hombres que se llevan sus cosas en unos carros, malangas, cocos, madera, enseres domésticos.

Los hombres entraron después de que se fueron los guardias, que llegaron después de los policías. No usan uniformes pero suenan sus machetes cuando ven que les hacemos fotos. Una patrulla pasa cada tanto para resguardarlos, nos cuentan. Entre los enseres que recuperaron hay colchones, maletas, ollas, una mesa y zapatos que parecen andar perdidos. También hay un perro colorido, gatos y un perico llamado Paquito. Ahí niños de brazos, otros un poco mas grandes y muchachos que descansan sobre plásticos tendidos en el suelo. U maestro de los niños y niñas llega en moto y les lleva tamales.

Berta, vaya nombre, una de las líderes, nos muestra videos de la violencia contra los niños y sus madres que intentaron protegerlos, es una veterana defendiendo esta lucha pero está golpeada en el cuerpo y el ánimo.

La desgracia es que somos indígenas y somos pobres, creen que nos pueden humillar, y se pasa el dorso de la mano sobre los ojos. Hasta la placa de estos dientes perdí, cuenta, todo hemos perdido.

Pero la fuerza queda porque de ahí no se van a mover. Detrás de los escombros de lo que eran sus hogares está el bellisimo lago de Yojoa y una tormenta se acerca, un rayo parte el cielo que también comparte con nosotras la rabia.

Lea aquí la alerta vinculada a esta crónica: https://im-defensoras.org/2023/06/14053

PRONUNCIAMIENTO: A 13 AÑOS DEL GOLPE DE ESTADO

Hace 13 años este país amaneció militarizado, cercado por bayonetas y silencios oficiales. Ejecutaron un golpe de Estado civil y militar que costó años de injusticia, sufrimiento y víctimas del pueblo de Honduras. Perdimos compañeras invaluables para nuestros procesos de emancipación.

Sin embargo, la gente salió a repudiar y a exigir que se detuviera esta situación que sabíamos iba a traer retrocesos terribles, durante años se organizó y resistió el golpe de Estado y la narcodictadura que lo heredó y fortaleció.

Las feministas estuvimos ahí, en una lucha incansable, y aquí seguimos. 13 años más tarde en resistencia ante los poderes patriarcales, militaristas, fundamentalistas y racistas.

La Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras exigimos que se desmilitaricen los territorios, porque donde hay armas las mujeres y la infancia están en alto riesgo; Se devuelva el derecho a la anticoncepción de emergencia que fue arrebatado a las hondureñas; se detenga la persecución y criminalización de las defensoras de todos los derechos; se definan y llevan a la práctica políticas de respeto y dignidad para las personas LGBTIQ+.

Exigimos que la dignidad de las personas LGBTIQ+ esté en la centralidad de la refundación que proclama el nuevo gobierno, que la vida y derechos de las personas de la disidencia sexual sea respetada. Que se haga justicia contra los perpetradores de los crímenes de odio que nos arrebataron a tantas defensoras y personas por ser parte de esta comunidad.

Que el nuevo gobierno de Xiomara Castro asuma sus promesas de campaña y las vuelva realidad. Que este gobierno no sea para un grupo selecto, sino para el pueblo que lo llevó al poder más allá de sus filiaciones políticas y simpatías.

No se va a reconstruir un país si no es con actos que sean congruentes con los discursos de soberanía, respeto y dignidad nacional.

Saludamos una vez más la fuerza y rebeldía de las comunidades y defensoras que siguen luchando de manera crítica y creativa en todos los puntos cardinales de Honduras contra todas las formas de opresión.

Tegucigalpa, M.D.C.

28 de junio de 2022

Descarga aquí el pronunciamiento en formato PDF https://drive.google.com/file/d/1IMb70-h4bWKwJl1vFkZ5jo1_o2KneRy3/view?usp=sharing