Utópicas: 29 de noviembre Día Internacional de la Defensora

“Los roles, los lugares y las identidades de las mujeres se han transformado en medio de crudas historias de violencia, pues atentar contra la vida implica también atentar contra las relaciones que la sostienen cotidianamente y contra quienes lideran esa tarea.” – Donny Meertens.

En América Latina, los procesos de defensoría, ahora llamados así, han estado presentes desde hace muchos años. Abya Yala, es el territorio-casa de la lucha indígena que se origina desde el siglo XV como acto de resistencia contra la instauración de la colonia presupuestada por la corona española y portuguesa en 1492.

Este mal nombrado “encuentro entre mundos” trajo consigo la lógica del dominio y terror, implementando la clasificación social de quienes habitan en estos territorios sobre la idea de “raza”, la cual funcionó como elemento fundante de las relaciones de dominación que esta misma imponía. Esta nueva clasificación se basó – y justificó –  en una estructura biológica que juzgaba al otro a partir de diferencias fenotípicas y lo posicionaba en una situación de inferioridad, convirtiéndose en el instrumento de clasificación básica de la población.

Esta nueva clasificación implementó nuevos conceptos que se utilizarían como instrumentos para otorgar legitimidad a las relaciones de dominación impuestas por la colonia, imponiendo identidades como indio, negro, mestizo; a la vez, europeo y portugués ya no indicaban solo la procedencia geográfica, también se volvieron nuevas identidades asociadas a las jerarquía y roles sociales.

La asignación de categorías además de legitimar las relaciones de dominación, permitió a los colonizadores diferenciar el “otro” del “yo”, siendo esto lo que dio pie a un proyecto homogeneizador que agrupó a las comunidades indígenas. Así, a través de un largo proceso, aztecas, aymaras, mayas, chichas, entre otros, terminaron siendo todos “indígenas” una categoría genérica en los discursos hegemónicos (Boccara, p.28) 

Este proyecto homogeneizador pretendía borrar paulatinamente las creencias, saberes y prácticas de las poblaciones y desde ahí poder construir un sujeto que fuese útil para la colonia y con ello al capital, aunque no contaban con que los pueblos sabían como construir resistencia en medio de la esclavitud y servidumbre a la que fueron sometidos y de la cual somos herederas.

Sin embargo, no podemos ignorar que en medio de esta jerarquización de los colonizadores sobre los pueblos indígenas se comenzó a construir una jerarquización interna resultado del encuentro entre patriarcados, esta colisión que obligó a los hombres de nuestros pueblos a adoptar – o intensificar – prácticas patriarcales para poder mostrarse como ejemplo de resistencia, agresividad, capacidad y dominio, exponiéndose como potencias bélicas, sexuales, intelectuales, económicas y políticas, que les permitieran ese estatus de superioridad .

Este pacto patriarcal entre el blanco colonizador y el indígena colonizado, situó a las mujeres en una condición de doble control y dominio, y a la vez fue uno de los factores que permitió que se perpetuara la colonialidad de género, manchando sus vidas con violencia, reforzando una lógica de guerra en contra de las mujeres y los cuerpos feminizados, en nombre de la razón civilizatoria de occidente.

Junto a ello, las mujeres y las niñas fueron instrumentalizadas para cumplir los mandatos patriarcales y esclavitud, así como para satisfacer el apetito sexual del hombre blanco para asegurar una política de blanqueamiento.

Estas formas de violencia se han ido reconfigurando, el proyecto colonizador se ha ido imponiendo junto al sistema capital y continua saqueando los territorios y los cuerpos de las mujeres; y con ello ha crecido la mortalidad de las personas luchadoras y también su capacidad organizativa y de resistencias propositivas.

Ante esto, las mujeres han elaborado una historia de resistencia que se ha sostenido al pasar de los siglos, siguiendo el paso de ancestras y creando feminismos como el de las indígenas o las afrodescendientes que han logrado estremecer estas políticas racistas y su vínculo con las ideologías patriarcales que se imponen sobre ellas.

Aunque han pasado muchos años del periodo colonial, no podemos negar que su herencia está presente y que se sostiene por una lógica de despojo y consumo a costa de la vida de las comunidades indígenas de toda latinoamérica, como siempre subordinando las clases, las racialidades, las identidades sexuales.

Como parte de esta herencia se han encargado de involucrar en su lógica jerárquica a los bienes naturales y así desvincular la tierra y los bienes comunes de su valor simbólico, reduciéndolos a materia prima que se puede mercantilizar, y eso ha llevado a más deterioro del equilibrio planetario que se refleja en la cotidianidad: ríos que desaparecen, montañas sin vegetación, llenas que arrasan los pueblos, sequías que matan.

Actualmente en toda la región latinoamericana se desarrollan procesos de defensoría, de luchas, de organización desde las mujeres zapatistas luchando por su autonomía arraigada en la selva en México, junto a las Guatemaltecas que exigen el acceso a la justicia, las compas nicaragüenses y su persistente lucha por un pueblo libre y nosotras las hondureñas en la lucha por el acceso a la tierra y bienes naturales, hasta las brasileñas en el frente de la lucha por uno de los ecosistemas más valiosos, la Amazonia.

Y por si fuera poca la violencia por saqueo de los territorios, el sistema capitalista a través de las empresas multinacionales, bancos y terratenientes, ha desarrollado mecanismos para amedrentar a las defensoras, ya que sus exigencias afectan directamente su agenda de exterminio, es así como las defensoras en toda la región comparten además de luchas, una historia de violencia.

Actualmente la situación de América Latina es preocupante, de acuerdo al informe de Global Witness (2023) en el año 2022 en esta región se produjeron el 88% de los asesinatos, siendo Honduras el país con mayor número de personas defensoras asesinadas per cápita del mundo.

Esta violencia contra defensoras y defensores se expresa de distintas formas, comenzando por negar el valor a sus vidas, es por eso que entes internacionales tienen que crear tratados, como el acuerdo de Escazú, que procura orientar la legislación nacional y se les reconozcan como sujetas y sujetos de derechos. Aunque esto no asegura su protección, ya que algunos países deciden ignorar la problemática y prefieren no ratificar los acuerdos, como en el caso de Honduras, por otro lado tenemos el caso de Costa Rica donde se crea la Ley de acceso a la justicia de los pueblos indígenas, sin embargo, hasta la fecha, con todo y ley no han devuelto las tierras a los pueblos ni han asegurado su acceso a la justicia por el asesinato de Sergio Rojas, defensor del pueblo Bribri, por citar sólo un ejemplo.

Este contexto de violencia a nivel regional se refleja en la realidad nacional, Honduras históricamente se ha caracterizado por ser territorio del que la élite política y económica dispone para proyectos de exportación como las bananeras, o actualmente, la palma africana; al mismo tiempo acompañados por el uso del territorio para  la instalación de ejércitos extranjeros para su entrenamiento, como en los años 80 en que se proponía reprimir a las guerrillas guatemaltecas, salvadoreñas y nicaragüenses.

Actualmente los niveles de violencia en el país siguen presentes y en aumento, en medio de esto los intereses de la estructura dominante sostienen de manera contundente la dinámica extractiva en el país, agudizando la situación precaria para las comunidades..

Ante esto, mujeres de diferentes zonas del país se han levantado para poner el cuerpo y el espíritu y sus conocimientos para una lucha por la recuperación de la dignidad y la justicia para todas, todes y todos. Defensoras que están luchando contra quienes usurpan la tierra y los territorios para los proyectos agroindustriales, turísticos y/o extractivos, contra los conservadores fundamentalistas que niegan a las mujeres el acceso a sus derechos sexuales y reproductivos, y otras con las que nos juntamos más de una vez al año para exigir el acceso a la justicia y una vida libre de violencia.

Estas mujeres que desde hace años nos inspiran, nos dan guía y van sumando a otras en la lucha son a las que queremos reconocer y agradecer hoy, en el marco del día internacional de la defensora. Esas mujeres que con el pasar de los años han hecho realidad las utopías que hemos imaginado juntas, han dedicado su vida a más de una causa y está de más decir que tienen un alto compromiso con sus colectividades.

A nuestras ancestras, a las defensoras que hoy se encuentran al frente para condenar los abusos, sostener la esperanza y el buen vivir, a ellas todo el agradecimiento que se merecen, por su resistencia, inteligencia, creatividad y determinación.

Relatar la biografía de lucha de una mujer como Martha Velásquez es un desafío porque siempre luchó. Todas las causas le importaban y lo central en su hacer era la justicia. De corazón y cuerpo libertario huyó de las esclavitudes familiares que la encerraban en un cosmos tradicional y acomodado mientras ella veía con sus ojos de niña la brutalidad del racismo en los cuerpos de las mujeres lencas de su pueblo original. Se fue, hasta que encontró su lugar en un territorio en el que luchó con otras mujeres para tener agua limpia, un cementerio y una escuela.

Hizo de todo y también fue parte de movimientos revolucionarios de Honduras y Centroamérica. Con el paso de los años develó que la opresión de las mujeres era de las más groseras como ella decía, y entonces el feminismo fue su camino. Feminismo de la tierra, popular, del barrio y la olla común. Desde ese sitio político se refirió a todo y se relacionó con los que más seguían excluidos, incluso para las feministas.

Marta fue consuelo y abrigo de juventudes disidentes de la heterosexualidad que de tanta violencia huían de sus casas, colegios, trabajos. Hasta casi su último aliento fue parte de asambleas, movilizaciones y encuentros donde dejaba siempre puesta la palabra sin tapujos y con la luminosa fuerza de quien hila las oraciones con su más profunda rabia y ternura.

Eterna gratitud a una de nuestras mayores ancestras de la lucha feminista hondureña.

En un contexto en el que lo que se encuentra en juego es la vida, nos ha tocado involucrarnos a todas y todes. De acuerdo al sistema de registro y documentación de agresiones de la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras (RNDDH), la lucha social está representada por un grupo intergeneracional, el 64% de estas mujeres se encuentra en un rango de edad entre 20 y 60 años.

A la vez, el 36% de estas defensoras se identifica como mujer indígena y el 15% como mujer garífuna. Otro dato que consideramos importante resaltar es la identidad de género de cada una, de acuerdo a nuestros registros, el 4% se reconoce como mujer transgénero, 1% con identidad queer y 1% como no binarie, cada una y une de ellas lo asume desde un posicionamiento político desde el que intenta reivindicar su identidad y generar un cambio en los patrones hegemónicos de cultura heteropatriarcal.

Ellas son mujeres con familias y proyectos de vida que van sosteniendo junto a la defensoría, sin embargo en Honduras ejercer el trabajo político de defensoría es un riesgo ya que al enemigo al que nos enfrentamos a diario es el capital avorazado que trabaja en conjunto al crimen organizado y que tiene en la mano a muchas las instituciones estatales y privadas.

De enero a octubre de 2023, hemos contabilizado 2,202 agresiones que se han ejercido de manera reiterada contra un estimado de 537 defensoras, este total representa un aumento del 83% frente al año anterior, sin contabilizar los datos de los dos meses restantes.

Estas cifras representan un porcentaje alto y esconden una realidad compleja, ya que son agresiones que se ejecutan a la vez y la mayoría tiene un claro componente de género en el que se agrede a las defensoras utilizando desde expresiones sexuales, descalificar su liderazgo hasta las amenazas de dañar sus hijas e hijos.

Con esto identificamos esa reconfiguración de las prácticas coloniales que atentan contra las mujeres defensoras desde dos frentes, la violencia misógina patriarcal y los ataques del capital por su ejercicio político.

Dentro de las principales agresiones contra defensoras se encuentran el hostigamiento, el cual desde años anteriores se ha mantenido como tendencia, aunque es una categoría muy amplia tiene un solo objetivo, no permitir que la defensora haga su trabajo. Seguido de las amenazas, violencia psicológica, desplazamiento forzado, vigilancia y monitoreo, y desprotección legal.

Estas agresiones impactan en todos los ámbitos de la vida de las defensoras, limitando sus derechos y libertades, produciendo un daño a su imagen y en sus relaciones familiares, muchas de estas incluso tienen un riesgo letal en sus vidas, de acuerdo a los registros de 2023, se han documentado 36 intentos de asesinatos, 3 transfemicidios y 1 asesinato consumado.

Muchas de estas agresiones además de detener el  trabajo político, provoca estigmatización para realizar su labor de defensoría, creando un discurso impulsado por los medios televisivos y las empresas extractivas en el que las categorizan como “opositoras y enemigas del desarrollo”.

Este discurso va dirigido específicamente a esas mujeres que se enfrentan a empresas, las defensoras de la tierra, territorio y bienes naturales, quienes además reciben la mayor cantidad de agresiones, representando un 78% del total. Seguidas de las defensoras de los derechos de la población LGBTIQ, las defensoras de los pueblos indígenas y defensoras de la educación.

Las agresiones son el pan de diario de las defensoras, mientras siguen con hambre y sed de justicia, sin embargo, sabemos que acceder a la misma es casi imposible, porque además que quienes ofrecen esta falsa justicia en el país son los mismos que las agreden.

De acuerdo a las cifras del registro y documentación, el 42% de los agresores son representantes del Estado como policías, militares y autoridades públicas, figurando como el mayor ente represor contra defensoras. Seguido de actores desconocidos por la defensora, quienes el año 2022 figuraban como el principal perpetrador; esto evidencia cómo poco a poco se va naturalizando la violencia contra las mujeres defensoras en el país, dando pie a que estos actores actúen sin anonimato.

Dentro este intento por naturalizar la violencia contra defensoras, el Estado a través de Ministerio Público, la Corte Suprema de Justicia y la Dirección Policial de Investigación (DPI) se han asegurado en hacer campañas que estigmatizan el ejercicio a defender, que en los últimos meses va de la mano con la implementación de la Comisión de Seguridad Agraria y Acceso a la Tierra donde se ha legalizado el desalojo – despojo – de las comunidades y la criminalización a defensoras campesinas.

En el transcurso del año 2023 se han ejecutado un estimado de 25 desalojos, 10 de ellos en el departamento de Colón, departamento con mayor cantidad de agresiones en el país con un 30%, seguido de Francisco Morazán, Yoro y Atlántida.

Siendo Yoro actualmente uno de los focos de atención, considerando que el pasado 16 de noviembre se ejecutó un desalojo en las comunidades de la empresa campesina Agua Blanca Sur, afiliada a la CNTC y posteriormente el 23 de noviembre la ejecución de un plan de hostigamiento, persecución y criminalización, con la detención de 4 defensoras.

Este uso indebido del derecho penal, hace uso del derecho punitivo para obstaculizar la labor de defensa de las mujeres, deslegitimándolas e involucrándolas por años en procesos judiciales que les desgastan en todos los sentidos y que son financiados por el interés privado extranjero.

Sin embargo, esto no las calla ni las detiene, las impulsa a seguir creando procesos de justicia comunitaria, porque la colectividad que las acompaña no reconoce al sistema capital como medio de vida, ni al Estado como salvador. Esta colectividad cree en la tierra y los bienes comunes como hogar y por eso, lo cuida con la vida.

Mujeres garífunas, lencas, maya-chortí y nahuas van de la mano junto a otras haciendo frente al capital, tejiendo nuevas formas de resistencia y trayendo al centro las estrategias defensoría de las ancestras para honrarlas y seguir sosteniendo esperanza para todas.

Nosotras como organización de lucha estamos con ellas.

Sanar nuestra historia, caminando juntas hacia una pedagogía del cuidado

Con los hilos de la memoria que vamos juntando en el proceso “sanar nuestra historia, caminando juntas hacia una pedagogía del cuidado” hemos ido compartiendo nuestras historias, territorios de climas y paisajes diversos. Este 5to Taller realizado del 22 al 24 de septiembre con la asamblea de la Red Nacional De Defensoras de Derechos Humanos en Honduras (RNDDH) lo vivimos en La Aldea La Guacamaya, del municipio de El Progreso, Yoro. Nuestras hermanas de la Asociación Femenina Rita Pendergarst (AFERPEG) que son parte del Foro de Mujeres Por La Vida (FMPLV) nos abrieron las puertas de su casa, hornaron pan y nos hicieron tortillas de puro maíz y de maíz puro, nos recibieron con el cuidado que solo puede expresarse cuando hay organización y consciencia colectiva sobre la importancia que tiene la comunidad para la vida de las mujeres que la defienden de la violencia patriarcal, racista y capitalista. 

La sede del taller fue un salón de bloque que construyeron las compañeras con sus propias manos, en ese lugar de gran valor histórico hicimos algo muy político para la Red de Defensoras; respiramos, estiramos nuestros cuerpos, y nos preparamos para tocar emociones profundas, hicimos circulo de contención grupal cuando compartimos memorias de nuestras vidas que aún nos duelen o que no habíamos nombrado antes. Nombramos a nuestras abuelas, hermanas y otros vínculos importantes para nosotras. 

A través de recursos y técnicas del psicodrama transitamos por momentos que nos llevaron a profundizar en cómo están nuestras libertades, nuestros afectos y formas de estar en el mundo. El cuerpo fue nuestro principal lenguaje de comunicación, aunque no fue el único, dialogamos sobre nuestros sentires y los roles que jugamos en nuestras familias y organizaciones. 

Reflexionamos sobre como el sistema patriarcal nos ha enseñado a sostener vínculos con personas que nos han hecho daño o con las que tenemos muchas diferencias éticas, hablamos sobre cómo se construye esta idea del liderazgo y la competencia entre las mujeres, y que eso no aporta a nuestras organizaciones. 

Como dijo una compañera venimos de historias de vida distintas, cada una tiene su propia experiencia, es importante que nos reconozcamos unas a otras y trabajemos juntas contra este sistema, y eso pasa por preguntarnos qué vínculos queremos construir entre nosotras ¿queremos dominar a las otras? o ¿queremos crecer? 

23 de septiembre de 2023. 

Terapias y Reencuentros

En este tiempo que vivimos como agua que corre veloz, hay memorias que son importantes para traer a la colectividad que somos las que hacemos parte de esta Red de Defensoras. Uno de esos procesos memorables es la Terapia de Reencuentro. Hace ya varios años, como por el 2015, que en la necesidad que tuvo como resultado la experiencia de búsqueda de sanación de los duelos, lutos y mandatos la TR llegó a la costa norte, importada de Guatemala.


Animadas y anhelantes el primer grupo, que era fundamentalmente del centro del país, se organizaba para ir hacia ese norte cálido y hacer un camino para salir de los laberintos de la opresión y el dolor, muchas recordamos ese tiempo también como de encuentros entre mujeres que buscábamos otros sentidos a nuestros propios pasos. Y claro que los encontramos.


De ahí para acá han pasado 11 grupos o generaciones de mujeres que han hecho esta terapia colectiva, líderes populares, defensoras, feministas, organizadas y no organizadas, de todas las generaciones, transgresoras del sexo y el género, ancestras de las luchas, madres y amigas de otras. Una inmensa diversidad de ellas que sostienen un largo camino de reflexión, autoconocimiento, entendimiento de la cultura patriarcal y sus mandatos; que toma decisiones vitales en acompañamiento.


Nos satisface decir que este septiembre del 2023 inicia el doceavo proceso de Terapia de Reencuentro, y que con nosotras tenemos la memoria de Yolanda Aguilar, terapeuta guatemalteca que por muchos años ha estado con nosotras en estas andanzas. Ella, alumna de la creadora del método de la Terapia de Reencuentro, Fina Sanz, y ambas compañeras de luchas por la vida y el placer para las mujeres.


En nuestra propia ruta local ha sido Nely del Cid quien por años ha estado facilitando la propuesta a la que se ha sumado nuestra compañera Lilian Girón, coordinadora de La Siguata, Masvely del Cid, y ahora Lucia Enamorado quienes han transitado con muchas defensoras estos fines de semana que son duros a veces, pero que han madurado esta propuesta que asumimos propia y está transformando muchas ideas sobre el cuidado colectivo y la política como ejercicio de las mujeres.


La Red Nacional de Defensoras creemos en las múltiples formas de buscar justicia y de acompañarnos, es indudable que la TR es una de las estrategias que nos ha aportado enriquecer la visión del mundo complejo de las defensoras en tanto personas y su vínculo con el hacer política. Las que hemos hecho la Terapia lo sabemos, si usted que ya está enredada en sus propios hilos no lo ha descubierto, póngase las pilas, aquí tenemos propuestas.

#AlertaDefensoras |3 DE 4 INSTITUCIONES DEL ESTADO DE CONFORMAN EL COMITÉ TÉCNICO DEL MECANISMO DE PROTECCIÓN A DEFENSORES/AS NO ASISTEN A REUNIÓN EN LA QUE SE REVISARÍAN MEDIDAS DE PROTECCIÓN A MIRIAM MIRANDA


A pesar del escenario de alto riesgo que está viviendo la comunidad de Faya, Vallecito y especialmente la defensora Miriam Miranda quien fue sujeta de un atentado el día de ayer 19 de septiembre, las instituciones parte del comité técnico del Mecanismo Nacional de Protección no se presentaron el día de hoy, pese a que tenían una cita acordada con la comunidad desde hace varios meses.


Muchas personas miembras de comunidades garífunas, una delegación de la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos, también miembras de la Coordinadora Nacional de Mujeres Indígenas y Negras de Honduras (CONAMINH) se movieron desde sus territorios hasta la comunidad de Faya para asistir a esta reunión programada desde el mes de agosto, con el propósito de concretar medidas que hace meses se han acordado para la protección de Miriam Miranda, tales como la asignación de una credencial de beneficiaria de medidas y otras acciones.


La Procuraduría General de la República, el departamento de Derechos Humanos de la Secretaría de Seguridad y la Fiscalía de Derechos Humanos del Ministerio Público no se hicieron presente, las dos primeras argumentaron falta de presupuesto y personal, y la última no se ha manifestado. Sin duda esta actitud corresponde a la falta de interés y la indolencia de instituciones responsables de la seguridad de las defensoras, y expresan su falta de responsabilidad para que el Mecanismo funcione. Hay que decir que el director del Mecanismo y su equipo de trabajo sí se presentaron a la comunidad en los términos acordados, y se contó con la presencia del Alto Comisionado en calidad de observadores.


Las comunidades y organizaciones reunidas consideran que esta ausencia es una bofetada para el pueblo garífuna y para las luchadoras sociales ahí reunidas; especialmente en el contexto que vive este momento la defensora y su pueblo.


La Red Nacional de Defensoras manifestamos nuestra indignación por el comportamiento de las instituciones del estado que son las que están mandatadas y asalariadas para cumplir funciones de protección y seguridad oficial mínimas.


Seguimos denunciando la situación del pueblo garífuna y su dirigencia que se encuentran bajo ataques sistemáticos y letales, y responsabilizamos al estado, especialmente a la Procuraduría General de la República, la Fiscalía de Derechos Humanos y a la Secretaría de Seguridad por lo que pase con Miriam Miranda y su pueblo.

#AlertaUrgente | Acecho criminal contra Miriam Miranda

Esta madrugada del 19 de septiembre, entre dos y cuatro de la mañana, al menos cuatro hombres armados con fusiles de asalto fueron detectados merodeando la casa de la coordinadora nacional de OFRANEH, Miriam Miranda en la comunidad de Faya, Vallecito en el departamentode Colón.


Los elementos militares que vigilan la casa de Miriam, solicitados por la organización, pudieron escuchar a estos hombres moviéndose cerca de la casa y les exigieron se identificaran, lo cual evidentemente no hicieron y escaparon del lugar. Sin embargo pudieron mirarlos, identificar que no son garífunas y notar el calibre de sus armas, además escucharon que expresaron que la próxima vez vendrían a lo seguro.


La Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras hemos estado denunciando y alertando del alto riesgo que corren las diligencias de la OFRANEH y las comunidades puesto que los incidentes de agresión a su organización crecen de manera vertiginosa.


Miriam Miranda es miembra de nuestra organización y una mujer reconocida por su lucha y pensamiento que ha desafiado a los.poderes racistas y patriarcales que atentan contra su Pueblo Garífuna y el movimiento social hondureño.


Hacemos una exigencia pública al Mecanismo Nacional de Protección para que su vida y la de su pueblo sea salvaguardada garantizando las medidas necesarias para proteger su integridad fisica y emocional.
Exigimos que quienes le amenazan, acechan e intentan dañarla sean alejados, investigados y castigados por sus intentos criminales.


Alertamos al pueblo hondureño y a la opinión internacional la situación de riesgo en la que se encuentran las defensoras de la vida y la justicia en Honduras, y hoy en especial Miriam Miranda quien desde hace años ha sufrido agresiones y persecución por defender lo que le corresponde como pueblo ancestral.

Tegucigalpa, 19 de septiembre del 2023.

Indignación y rabia ante el asesinato de Keyla Martínez y la impunidad a sus asesinos

Una vez más, la justicia hondureña asesta golpes a la vida  y memoria de las mujeres. En el Tribunal de sentencia de Siguatepeque, el dia 13 de septiembre de este 2023, se determinó que Jarold Perdomo, único vinculado al crimen de Keyla Martínez en la celda policial de La Esperanza, Intibucá, fuera condenado por homicidio imprudente cuando lo que se exigía era la condena por femicidio agravado. 

Desde aquel febrero en que se inició una trama de mentiras, ocultamiento, impunidad alrededor del asesinato de la joven enfermera, su familia, amigas y organizaciones que nos sumamos a esta causa, hemos exigido que se investigue la cadena de mando en el que el imputado sólo es el eslabón más frágil. Esa noche hubo eventos que aún no se han esclarecido y que involucrarían a altos mandos de ese recinto donde, como ha salido a la luz pública, han pasado incidentes terribles.

Keyla Martínez fue detenida y encarcelada por supuestas faltas al toque de queda que se había establecido en el país, junto a un médico que también formó parte de este escenario de culpabilización a la víctima  y de impunidad a los policías.  La primera versión oficial fue que la joven se había suicidado, puesto que tal explicación fue insostenible incriminaron a Jarol Perdomo de quien hoy dicen es culpable de no haber “custodiado” a Keyla, aunque la autopsia revela que ella fue asesinada por asfixia mecánica, más detalladamente por que le taparon los orificios para respirar, o sea la asfixiaron. 

Aunque no nos sorprende la impunidad con que cuenta la policía, una vez comprobada con este fallo vergonzoso para el policía Jarol Perdomo y su institución policial, nos seguirá  indignando y es por eso que La Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras seguirá respaldando las acciones para que la justicia feminista acuerpe a la memoria de Keyla y a su madre, hermana, amigas y compañeras,  y que no se acomode  la impunidad policial como es costumbre en este país.

La policía mata, Justicia para Keyla

Tegucigalpa, 19 de septiembre de 2023

Acciones ante la Justicia 

Ante la Corte Suprema de Justicia se presentaron el día de hoy, lunes 14 de agosto, dos conferencias de prensa para denunciar la continuidad en el despojo, criminalización, judicialización y persecución de personas que defienden la vida luchando por la tierra en este país, cuyas políticas públicas se las niega sistemáticamente. 

La mesa de Tierra y Territorio de la Coalición contra la Impunidad acompañó a personas miembras de la mesa de acompañamiento a la Causa de Zacate Grande, quienes el martes 15 de agosto se harán presentes en una audiencia para solicitar se asegure la justicia a los defensores Abel Antonio Pérez y Santos Hernández Ortiz quienes se encuentran en prisión. La solicitud que presentarán las abogadas de la Red de Abogadas de Derechos Humanos es que el decreto de amnistía conocido como Decreto 04-2022 restituya la libertad de los compañeros presos y su derecho a la tierra. 

Es conocido que la península de Zacate Grande ha estado en disputa desigual de sus pobladoras y pobladores ante los dueños de inmensas tierras y bienes de la zona que usan su poder para expulsar y perseguir a quienes han residido por años en esa parte del sur de Honduras. Esperamos que el día de mañana se haga justicia y los compañeros sean puestos en libertad. 

Igualmente, ante este la prensa nacional se presentó un nutrido grupo de compañeras y compañeros lencas productores de maíz y café, de la comunidad de Río Bonito, en Taulabé, Comayagua, para presentar un recurso de amparo ante la Corte por el desalojo ilegal y violento que han estado viviendo sus pobladoras y pobladores desde el año 2012. Las compañeras María Ninfa, 70 años, nos relató cómo llegaron policías acompañando a Marcio Salgado, quien pistola al cinto les ha amenazado y finalmente les despojó de la tierra en cuestión en dos horas con el apoyo del juzgado de la zona. La señora fue detenida por once días en la cárcel de Marcala, y cuenta que el terrateniente mencionado les prohibía vender su café a cualquiera que no fuera su empresa Inversiones Cafetaleras S.A. Además de la señora Ninfa, detuvieron a dos mujeres más, una de ellas con una fractura en la pierna. Doña Ninfa cuenta que los policías les decían que ellas eran unas roba tierras. 

En este momento, toda la comunidad se encuentra fuera del territorio, viviendo en cualquier parte, sin trabajo y con los niños y niñas sin acceso a la escuela. El Bufete Justicia para los Pueblos está siguiendo el proceso judicial que por supuesto está plagado de ilegalidad, de agresión y racismo. 

La Red Nacional de Defensoras nos sumamos a la indignación y a la lucha para que ambos casos se resuelvan a favor de las defensoras y defensores y sus comunidades;  y nos sentimos preocupadas por la manera en que estos casos se van multiplicando en el país  bajo un gobierno de corte, supuestamente, popular. 

Justicia climática y soberanias todas

Entrar con Miriam Miranda y su nutrida y hermosa comitiva a lugares públicos es inolvidable. No es por casualidad que a ella y a toda la Organización Fraternal Negra Hondureña (OFRANEH) no les agrada venir a este territorio de cemento, puentes y láminas de zinc que adornan la capital. En los restaurantes, la gente se queda mirando a medias entre sorpresa y disimulo. Las mesas parecen estar ocupadas aunque no lo están, y el personal de servicio se ve tenso, con excepciones. Racismo se le llama. Como ella lo expresó en el foro organizado por la Friedrich-Ebert-Stiftung (FES) para debatir sobre justicia climática, derechos humanos y el tema ZEDE, al que dijo se trata de soberanía, pero de mucho más. No son sólo los de afuera quienes quieren tomar el territorio, es el entreguismo local el más grave; y esa actitud benévola ante los blancos, ojos claros, con dinero, porque hay que dejar de ser esclavos y esclavas para lo que necesitamos cambiar mentalidades.

En un auditorio de muchos funcionarios públicos, algunos estudiantes y escasos profesores, Miriam recordó la lucha estudiantil, la deuda de la academia con el país, y que esta lucha contra las Ciudades Modelo fue levantada en la calle, que más que jurídico se trata de un problema profundamente político por lo que sin la gente de este país, no se va a revertir nada, y menos si no se respeta la consulta previa, libre e informada a las comunidades. Informó la invaluable fuerza de las comunidades que son las que cuerpo a cuerpo se enfrentan con los desastres ecológicos y cuestionó la falta de coherencia de los movimientos y el gobierno que hablan de derechos humanos que cada día se violentan, históricamente.

En esa misma mesa aportó otra mirada interesante Lucía Vijil, que desde el Centro de Estudio para la Democracia (CESPAD) reflexionaba sobre el debatir fuera de los auditorios y sumar a mucha gente, para lo cual se necesita tener más y mejor información de quienes ahora comisionan desde el Estado el seguimiento a la problemática de las ZEDE, particularmente. Lucía colocó una propuesta importante que remite a pensar que la justicia climática demanda un pacto ecosocial que no se asiente en el antropocentrismo racista y patriarcal, sino que reconozca la legitimidad de la existencia de otros seres y del planeta mismo. Una ética desde donde se definan políticas ambientales que son inexistentes. El debate de las ZEDE es uno en el necesario gran debate sobre el modelo extractivista que sigue intacto en el país y que también atiende a la soberanía, los territorios, y la vida de las personas y la naturaleza.

Ambas luchadoras hicieron que la reflexión sobre justicia climática y derechos humanos enriqueciera los marcos institucionales que en su momento compartieron Nathalie Roque, Fernando García y Ramón Barrios, de distintos poderes del Estado.

Reinventar las luchas, dialogarnos las vidas 

En el foro de este día 8 de agosto del 2023, convocado por JASS a propósito de establecer diálogos entre mujeres de los procesos de educación feminista que la organización ha desarrollado, y otras invitadas, se arremolinaron a pensar y sentir juntas un nutrido número de activistas de territorios diversos, en el ahora privatizado territorio de la UNAH.

El despliegue de conocimientos, reflexiones, sentimientos y pistas para darle continuidad a los caminos fue deslumbrante. Como dijo la moderadora de la primera mesa, Zoila Madrid, aquí vemos la capacidad de las mujeres de reimaginar y reinventar los procesos porque es de los movimientos que tales propuestas deben salir,  teniendo la claridad de que la vida siempre estará en el centro. 

Creer y crear expresó Lilian Borjas,  actual coordinadora de la CNTC, verbos poderosos experimentados por una mujer que ha luchado por la tierra desde los quince años, y que ahora entiende que el poder de las mujeres es lo que la ha mantenido firme aunque tenga obstáculos de todo tipo para ejercer  su liderazgo en organizaciones que hemos llamado mixtas, pero que Zoila precisamente nombró como patriarcales por que en ellas se ha invisibilizado a las mujeres de manera sistemática. 

Juana Zúniga abundó en la expresión de la violencia que se manifiesta de tantas formas cuando las mujeres se suman a las luchas por liberar los ríos, las montañas, los territorios; y denunció, desde su experiencia y análisis, la manera en que los liderazgos patriarcales intentan por todos los medios que las mujeres no tomen el sitio de las decisiones aunque sí el de las que ponen el cuerpo en las acciones; el abuso del poder y la masculinidad violenta para someterlas hace daño no sólo a las activistas sino a los movimientos, pero es constante como ella lo señaló. 

La Red Nacional de Defensoras planteó información extraída de la base de datos que visibilizan el nivel de riesgo y las características del mismo en las defensoras así como la manera particular en que se expresan las agresiones vinculadas al género y la racialidad, igualmente quiénes son los enemigos de las mujeres, que en síntesis son mayoritariamente agentes del estado, desconocidos, y hombres del movimiento social. Según los datos, la costa norte es en el último semestre el territorio donde más se registran incidentes contra las que defienden derechos; y las defensoras de territorio y bienes comunes las más agredidas. 

El panel hizo conclusiones importantes sobre lo que significa enfrentar un modelo patriarcal y depredador de bienes comunes y de vidas. El público, todas compañeras, abundó en análisis, las voces profundas de las mujeres hicieron aún más énfasis en la situación actual del país, el desencanto ante un gobierno conducido por una mujer, y aún así, la importancia histórica de que esta persona esté en el ejecutivo. Las palabras también abordaron anhelos como la necesidad de cuidar la vida propia de las luchadoras tanto como las luchas; la necesidad de escuchar el cuerpo territorio; la fuerza de la colectividad de las mujeres para enfrentarse a todos los adversarios de la vida digna; la certeza de que se puede transformar radicalmente la realidad. 

En el segundo panel en el que se propuso debatir sobre las narrativas, se partió de la escucha de los poderosos conocimientos y propuestas de la OFRANEH, en voz de Eydi Blanco, que narró la problemática de su comunidad, de su familia y la propuesta de la organización y sus ancestralidades para, no sólo continuar recuperando los territorios sino haciendo posible la vida cotidiana en un proceso histórico y colectivo. Por su parte Selvin, del COPINH, hizo una historia de la organización, los discursos que desde el poder se han hecho en contra de ellas y ellos y la manera en que han hecho no sólo resistencia, sino construido sus sueños. Relató hitos históricos muy importantes que dignificaron la existencia de los pueblos indígenas y celebró que en esos caminos han estado junto a la OFRANEH haciendo procesos emancipatorios, y también disputando el poder al Estado. 

Daysi Flores, quien moderaba el panel mencionó la fuerza que ha existido de las mujeres y organizaciones para construir narrativas de justicia, aunque como ella dijo ni siquiera se les llame así; apuntó la importancia de la esperanza y sus múltiples posibilidades en los territorios, pensamientos y sentires. Finalmente, Mercy Ayala, de Radio Progreso, hizo una exposición partiendo de los datos interesantes de la encuesta de opinión del ERIC y su relación con la realidad del país, el discurso colonial hegemónico y las apuestas narrativas y transformadoras de los movimientos sociales que siempre encuentran rutas para todas y todos.

El foro duró lo que la necesidad de intercambio de palabras y sentimientos así lo definió, el encuentro entre activistas de tantos departamentos y luchas fue gratificante y como dijo Sofía de APOMUH, las presentes aquí son seres de luz, y eso irradian. Así, con la luz de Iris Matute, recién fallecida y miembra de este proceso, también hicimos la alquimia  de estar presentes con la palabra, la reflexión y el sentimiento para transformar la realidad violenta en alegrías, agua limpia y tierra libre para todas, todos, todes.

ALTO A LA POLÍTICA DE EXTERMINIO CONTRA EL PUEBLO GARÍFUNA

El 18 de julio de 2020 alrededor de las 5:00 a.m, un contingente de aproximadamente 30 hombres de la Policía de Investigación de Honduras (DPI) detuvieron a Albert Snaider Centeno Thomas, presidente del Patronato de la comunidad garífuna Triunfo de la Cruz, y con él a los jóvenes Milton Joel Martínez Álvarez, Suami Aparicio Mejía García y Gerardo Misael Trochez Cálix, quienes eran miembros activos de la lucha por la defensa del territorio en una comunidad que ha sido dividida por acciones de terceras personas que se han apropiado del territorio ancestral garífuna con la aquiescencia del Estado de Honduras.

A tres años de la desaparición, continúa sin conocerse su paradero y sin avanzar en la sanción de los responsables. El Estado no ha cumplido con la demanda de realizar una investigación con la debida diligencia a través de una Fiscalía Especial de Desaparición Forzada que incorpore los hallazgos del Comité de Investigación y Búsqueda de los Desaparecidos de Triunfo de la Cruz (SUNLA), solicitud que además ha tenido el respaldo de decenas de organizaciones a nivel nacional e internacional.


Al respecto, la misma Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), máximo Tribunal en las Américas, ha solicitado que el Estado adopte todas las medidas necesarias para hallar a los compañeros, así como para proteger efectivamente los derechos a la vida e integridad personal de las comunidades Triunfo de la Cruz y Punta Piedra.

Esto en el marco de las dos sentencias favorables que este Tribunal emitió en 2015 en reconocimiento a la sistemática violación de los derechos del pueblo garífuna. Ninguna de las medidas ordenadas por la Corte en relación a estos casos ha sido cumplida, por el contrario, el Estado ha optado por hacer evidente su política racista, patriarcal y de despojo territorial que produce un verdadero éxodo de la población comunitaria hacia otros territorios del país y fuera de las fronteras nacionales. Esta postura gubernamental de dar la espalda a las crisis que se escenifican en las comunidades, a causa del extractivismo depredador, genera una de las politicas de exterminio más poderosa que es la que Miriam Miranda llama el vaciamiento de los territorios.

Desde la desaparición de los cuatro jóvenes, la situación del pueblo Garífuna sigue siendo de extrema gravedad. Detenciones ilegales, asesinatos, criminalización, desalojos, quemas de casas de salud ancestral, hostigamiento amenazas y otras formas de violencia que ha tenido un especial impacto a las mujeres y lideresas de la OFRANEH.

Las Comunidades Garífunas han vivido siempre en paz y concordia de una manera sabia con todas las expresiones de la naturaleza por el antiguo conocimiento y respeto hacia los ciclos y dinámicas de la vida animal y vegetal, de ahí que han salvaguardado bienes valiosos para la sobrevivencia humana de los cuales ahora se les quiere despojar.

La Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras (RNNDH) acompaña en su lucha a la OFRANEH y las comunidades Garífunas que le integran. La organización es integrante de nuestra Asamblea y es por eso que sus luchas tambien son nuestras.

En el sistema de Registro y documentacion de agresiones de la Red de Defensoras hemos contabilizado que en los últimos años se registran al menos 720 agresiones. La violencia sistemática e intencionada se expresa en hechos repudiables como los asesinatos a mujeres y hombres que han sido vertebrales en la organización y defensa territorial, y que han enlutado los procesos colectivos.

Todas las categorias posibles de agresión incluyen a la OFRANEH, de las cuales el hostigamiento, la vigilancia y las amenazas son las principales; acciones que son extensivas a hijas e hijos de las defensoras con lo que el estado generalizado de tensión es severo. Es necesario decir que las campañas de desprestigio, particularmente a sus liderazgos nacionales, constituyen una constante en su cotidianidad.

La OFRANEH, a pesar de todo esto, no deja de luchar y posicionar sus ideas y propuestas de mundo.

A partir del año de la pandemia, con más fuerza la organización se propuso recuperar y fortalecer tanto sus territorios como espiritualidad y conocimiento ancestral entendiendo que la crisis actual es una crisis civilizatoria. Aunque las propuestas se dirigen fundamentalmente a su propio pueblo, también invitan a todas, todos y todes a pensar y actuar salidas viables, autónomas y colectivas en un país sitiado por la desesperanza y la extrema violencia.

  • En conmemoracióna la desaparición de los jóvenes Garífunas, el 20 de julio del 2023, La Organización Fraternal Negra Hondureña y la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras desarrollaron el FORO: 3 AÑOS SIN JUSTICIA: POLÍTICA DE EXTERMINIO CONTRA EL PUEBLO GARÍFUNA, un espacio para evidenciar el contexto que viven las comunidades Garífunas y sus exigencias para el actual gobierno en relación al cumplimiento de las sentencias de la CIDH y la aparición con vida de los cuatro jóvenes desaparecidos.